Jaime y la madera
Jaime[1] es ya un hombre maduro de 40 años. Cuenta con dos hijos quienes junto con su esposa se encontraban en un estado de la zona del bajío en México. Su intención era solicitar refugio al gobierno de México para poder reunirse con ellos. Originario de Honduras, Jaime evoca al trabajo de la madera como un evento que siempre ha dado sentido y gusto a su vida.
El acercamiento con Jaime en el albergue fue paulatino, pues él es un hombre callado y ensimismado, sin embargo, en nuestras pláticas y encuentros ocasionales en el lugar el trabajo como ebanista siempre hizo exaltar recuerdos agradables que se notaba en el cambio de tono de voz más alegre y pausado.
El mapeo de Jaime consistió primero en exaltar esa memoria del trabajo con la madera, pues evidenciaba un conocimiento técnico y vivencial con los diferentes tipos de arboles y las cualidades de cada árbol: si es un árbol que da maderas duras o flexibles. Así, Jaime logra desarrollar un relato referente a la madera que lo acompaña a las diferentes esferas de su vida. Incluso traslada metáforas de los árboles y sus cualidades a sus relaciones personales. Por ejemplo, Jaime nombra que una Ceiba puede referir a su mujer, como un árbol grande, frondoso y delicado: “a mi mujer, le digo que es como una Ceibita” relató Jaime de forma cariñosa.
Su conocimiento de la madera y sus cualidades le permiten saber si la madera te “regaña” o no, aludiendo en que hay que saber en qué momento cortar la madera y en qué momento no, pues las condiciones del corte y la época del año definirá si la madera es dura y correosa o flexible y suave. Con esa vocación por la madera en mente se comenzó a realizar el mapeo de Jaime.
La etapa de evocación -propia de nuestra propuesta metodológica-, se destinó en hacer un recorrido por los alrededores del albergue donde hay diversos tipos de árboles. Con facilidad Jaime reconoció los arboles y sus cualidades, y conversando nos las iba señalando en olor y en dureza, por ejemplo. Con un palo en mano donde Jaime iba explorando la textura, pasamos largo rato hablando de las diversas cualidades de las maderas de la región, donde Jaime dejaba notar su conocimiento al respecto.
Ya en el estudio de grabación se pasó a la etapa de vaciamiento. Jaime en su dibujo comenzó dibujando muebles y herramienta, aludiendo a cierta añoranza de que esos sería los muebles que le gustaría tener en su casa para él y su familia; y por el otro añorando el lograr tener su propio taller. En su explicación se fue develando la imposibilidad de lograr consolidar el tener un taller debido a las mudanzas que tuvo que realizar con su familia a causa de la inseguridad que se percibía en las periferias de la ciudad -donde vivían- y de las amenazas de las pandillas y su acercamiento a la hija de Jaime, quien en ese entonces entraba a la adolescencia. Poco a poco se fue develando las motivaciones que obligaron a la familia de Jaime para iniciar un proceso migratorio y solicitar la condición de refugiado en México: Inseguridad, amenazas, falta de empleo son las razones principales que obligaron a su familia a salir de Honduras y buscar un horizonte de vida en México. Y eso fue lo que plasmó Jaime en su mapeo, donde árboles, muebles, herramientas y un croquis de su deambular por las periferias de la ciudad mostraron un universo de vida que cada día era más restringido.
El mapa de Jaime muestra las añoranzas por un oficio que realmente disfruta, pero a la vez la imposibilidad de vivir de ese oficio que tanto disfruta debido a condiciones estructurales en la región que hacen que se minen los esfuerzos individuales de las personas por mantenerse en su lugar de origen y buscar su arraigo.
[1] Se utiliza un seudónimo a fin de proteger la identidad de la persona.