El arte y la cultura son territorios de encuentro, reflexión, diálogo y cobijo, pero también de defensa, resistencia y denuncia; son un espacio en el que se ejerce la libertad de expresión como derecho fundamental de todos nosotros. El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y México son países atravesados por la violencia de proyectos extractivos, el crimen organizado y la participación del Estado en los abusos que fomentan el despojo de territorios, la negación a la libre determinación de comunidades y truncan sus vínculos identitarios. Los actores que realizan una confrontación directa, activismo o la defensa ambiental son amenazados, perseguidos, desplazados o asesinados. Dado que en el istmo centroamericano se vive una realidad sofocante y violenta, la sobrevivencia es una lucha diaria y el ejercicio de alzar la voz implica poner la vida en riesgo. Estando la existencia en una posición tan frágil, nos preguntamos ¿qué más hay en el mapa?, ¿qué está pasando a la par de la represión? y ¿cómo aproximarnos al contexto centroamericano? Somos territorios históricamente relacionados por flujos migratorios en donde compartimos costumbres, lenguas y estructuras comunitarias en donde nuestros cuerpos forman parte de este complejo paisaje.